Hola chic@s!
Ha pasado casi una semana desde que se celebró el enlace de mi amiga María y Christian. Una ceremonia de las de siempre, de esas mágicas en las que de todo podía ocurrir en cualquier momento, de esas fiestas de las que ni en una semana logras recuperarte, porque aún sigo enamorado como ellos, por todo lo que viví.
Asturias ya sabéis que enamora a todo el que pisa sus tierras, a todo el que media alguna palabra con su gente… y si pruebas su comida ya caes rendido a sus pies para siempre.
Los días previos a la boda disfruté de la compañía de personas que ya son tan importantes en mi vida como mi familia.
Estuve en Gijón preparando los últimos retoques de una de las sorpresas de las que formé parte: “El vídeo de la boda” para los novios. El día previo a la ceremonia, pude disfrutar de ¡un gran banquete!, bebí sidra e intenté escanciar, como un auténtico asturiano que me siento, porque me han robado el corazón.
Entre nervios, todo eran risas contagiosas, momentos únicos y muy divertidos que adelantaban el gran acontecimiento que iba a ocurrir al día siguiente.
Radiaba felicidad, alegría por todos los poros de su piel, con su recogido y a punto de ponerse los zapatos para dar el paso correcto, el paso decidida a emprender su futuro con una maravillosa persona que la esperaba nervioso, intrigado, en un perfecto y conjuntado chaque, con el que no solo conquistó a la novia.
Tras el si quiero, entre encantos al más puro estilo medievalista, los fuegos artificiales anunciaban el principio de una gran fiesta. En un lugar emblemático “Parador de Cangas de onis” Divididos en tronos, nos sentamos en las mesas para disfrutar del banquete… ¡y vaya banquete!
Estaba todo riquísimo. Lo que no esperábamos era que esos tronos se unieran tanto. Entre todos creamos un clima perfecto, una armonía de familia, en la que no faltaron bailes, risas, momentos muy románticos, divertidos, y emotivos. Y si… llegó el momento del ramo… y mi amiga, mi fiel compañera de aventuras quiso regalármelo, para que nunca se me olvidara ese momento, para recordarme que la felicidad existe, que solo es cuestión de seguir lo que tu corazón te esté diciendo a gritos. A ella le dijo, que era su momento.
En esta ocasión elegí un traje negro. Al principio estaba indeciso entre pajarita o corbata, opté por la segunda opción, porque me apetecía ir con un toque algo más serio, más formal.
La pajarita para mi gusto es ideal para eventos más coloquiales, ya que da un toque mucho más moderno y juvenil, más informal.

La Corbata es de El Corte Inglés, y los tirantes también. Los tirantes son verdes con estampado paisley, fue lo primero que me llamó la atención cuando fui a buscar los complementos, y lo tuve claro desde el primer momento. ¡Me enamoraron!. Después me puse como loco a buscar una corbata que le fuera bien, y encontré esta, en un tono verde lo que va ideal porque el estampado de los tirantes lleva un tono similar. Para mi gusto no hace falta que el tono sea exactamente el mismo, mientras que lleve el color, ademas la corbata al ser un poquito más clara, conseguía destacar con el traje negro.
Os dejo más fotos de la fiesta, donde conocí gente maravillosa, de esas que en solo una noche te es más que suficiente para compartir momentos únicos, como los que vivimos.