RTVE no deja de sorprendernos. Si Operación triunfo ha conseguido resurgir desde sus inicios, los nuevos formatos vienen también pisando fuerte.
Desde hace mucho tiempo se buscan a los mejores cocineros de nuestro país, hace poco a los mejores cantantes, y ahora es el turno de los mejores costureros y diseñadores. El programa es conducido por Raquel Sánchez Silva, una presentadora polifacética que ha demostrado una gran versatilidad para adaptarse a cualquier formato televisivo. Su delicadeza emocional y su perfecta ejecución entre los concursantes la convierten en una de las nuevas imágenes de la cadena pública.
Al más puro estilo «Master Chef» los concursantes se tienen que enfrentar a un jurado compuesto por tres de los mejores diseñadores de nuestro país: Lorenzo Caprible, María Escoté y Palomo Spain.
En el costurero solo hay cabida para 12 personas, que son los concursantes que han sido seleccionados para vivir esta experiencia entre más de 10.000 personas que se presentaron al casting. Entre todos ellos hay algo en común; su pasión por la costura, pero también una gran diversidad entre sí; cada uno tiene un estilo muy marcado que lo diferencia del resto y que va muy unido a personalidades que destacan por su espontaneidad.
Las carcajadas están más que aseguradas en un escenario donde lo más importante es la confección de prendas. En este primer capítulo del programa han habido tres partes. La primera fase con la que han roto el hielo ha consistido en realizar un vestido bajo un mismo patrón en el que todos tenían que dar rienda suelta a su originalidad e imaginación, aportando un toque más personal e innovador a la prenda inicial. Cada uno ha tenido que coger una tela diferente. Algunos han destacado por su capacidad de improvisación, y otros sin embargo, no han llegado ni a montar el vestido en el maniqui.
En la segunda fase, se han tenido que dividir en dos grupos. Con dos capitanes en cada equipo, se han tenido que organizar para hacer exactamente una réplica del abrigo tan famoso de Pertegaz, como el que lució Suzy Parker.
A pesar de todo el esfuerzo de los grupos, el jurado ha considerado que ninguno era merecedor de la salvación, por lo que todos han tenido que ir a la fase eliminatoria. En esta última fase, han tenido que utilizar como base una sudadera básica, y a partir de ahí construir una prenda totalmente distinta al concepto de sudadera. Muchos han sabido aprovechar esta oportunidad para reflejar sus capacidades como costureros, y para demostrar que aún tienen mucho que hacer en el concurso. Lamentablemente tres de ellos han sido los peores valorados por el jurado, y en la decisión final uno de ellos ha tenido que abandonar.
¡Que no falte tela y a seguir cosiendo!