Después de todo a lo que se tuvo que enfrentar la inspectora Ana Arén en «No soy un monstruo»; uno de los casos más mediáticos y que más marcó su vida, tendrá que sacar fuerzas de donde no las hay para continuar su vida, personal y profesional. Su incorporación como jefa de homicidios supondrá una oportunidad única para demostrarse a sí misma que ha conseguido superar sus miedos, que sigue siendo la inspectora Arén de siempre, no solo la mediática y más conocida por el caso Slenderman.
En «la química del odio» Ana experimenta una fantástica evolución emocional, que la conecta de nuevo a uno de los casos más importantes del momento, con el que se vuelve a involucrar de lleno, para esclarecer todos los secretos que hay detrás de la muerte de una de las mujeres más importantes de España. Con enigmas de lo más aterradores, casi imposibles de resolver, se tendrá que enfrentar a un presente que la conectará aún más con su pasado más oscuro.
Carme Chaparro nos desvela a una protagonista mucho más transparente, con su fortaleza física y moral, pero con un pasado que a pesar de recordarle su debilidad y fragilidad, la hace emerger ante la presión y situación del momento. En este caso el lector encontrará una mayor conexión con Ana, ya que se desnuda en cuerpo y alma, mostrándose sin complejos, sin esa coraza de mujer extremadamente dura con los demás, pero más dura que nunca consigo misma.
Para unir todas las piezas del puzzle, Arén se verá obligada a ganarse de nuevo la confianza de todo su equipo (incluida la de su superior), con quienes tendrá que cooperar para poder desvelar los entresijos que un presunto asesino va dejando en escenarios nuevos, mucho más escalofriantes, aterradores y con ideas de lo más retorcidas, que solo pueden salir de un lugar llamado «la química del odio».
Como en el anterior libro, cada palabra que lo conforma es un detalle para el lector; una pista, un pensamiento, una idea… nada está escrito por estar, cada párrafo conforma un valor añadido a la historia. La conexión que Carme mantiene siempre con su profesión, el periodismo, es un guiño que no pasa desapercibido para todas aquellas personas que compartimos vocación y pasión por este mundo. Se agradece leer tecnicismos propios de televisión, realidades paralelas que siguen existiendo en algunos medios, y noticias ocultas en la historia que la presentadora desarrolla en forma de libro. La gran profesionalidad de la periodista y su vínculo con los sucesos de actualidad se aprecian en cada renglón, en este caso, un claro homenaje a aquellas víctimas que en más de una ocasión han sido protagonistas de los informativos presentados por ella misma, y que hoy se convierten en protagonistas de sus historias.