No se si os pasa como a mí y sois de los que se quejan cuando las sagas de las películas que les gustan son demasiado largas, y es que a veces, alargar tanto las historias empeora los inicios.
Con «La monja» me ha pasado todo lo contrario. Este sping-of me ha devuelto las ganas de seguir viendo cine de terror. Cansado de películas con susto fácil, sin argumento, en esta entrega de la saga he encontrado una película digna para ver en el cine.
Ambientada en un convento de lo más misterioso, en Rumanía. Esta mezcla de lo religioso con los espíritus demoníacos, crea una atmósfera que refuerza el espíritu de lo que era «Expediente Warren». Sin duda, para mí, ha sido un gran acierto en comparación con su antecesora «Anabelle».
SINOPSIS
Cuando una joven monja se quita la vida en un aislado monasterio de clausura en Rumanía, el Padre Burke (Demián Bichir), un sacerdote con un pasado vinculado a los encantamientos que le persigue, es enviado por el Vaticano para investigar este suicidio junto a una novicia (Taissa Farmiga) a punto de tomar sus votos. Juntos investigarán el impío secreto de la orden y se enfrentarán a la entidad demoníaca Valak con la forma de la misma monja que anteriormente ya horrorizó a la audiencia en Expediente Warren: El Caso Enfield (2016), mientras arriesgan su propia vida, su fe y hasta su alma en esta abadía ahora convertida en un campo de batalla entre vivos y condenados
Y tú, ¿Has visto ya la monja?