Hola chic@s!
Cómo sabéis, hace poco ha sido mi cumpleaños, mi 29 cumpleaños, y no quería hacer la típica celebración que se hace pasados los veintitantos… así que me planteé hacer un viaje cortito pero intenso. En un principio la idea era Florencia y Pisa, pero me dio tiempo para más y pude conocer Venecia.
Los vuelos los cogí con más de un mes de antelación, con la compañía de Ryanair y tanto la ida como la vuelta, me salieron genial de precio.
Fueron cuatro días, en los que hice una maratón para poder traerme el mayor número de recuerdos de estas maravillosas ciudades, y ha merecido muchísimo la pena. Florencia me ha conquistado por su arquitectura, el arte renacentista y sus típicas calles de orígenes romanos. La estancia en el hotel en esta ciudad era de tres noches, el primer día lo dedicamos a recorrer los rincones más famosos; La catedral de Santa María del Fiore, el famoso puente Vecchio, Plaza de la señoría, la Plaza del Duomo, y aprovechando que anocheció muy pronto, decidimos dedicar parte de la tarde a conocer desde dentro la Galería Uffizi, el palacio y museo más famoso de Florencia con colecciones como «El nacimiento de Venus», «La primavera», «Venus de Urbino» o «La Anunciación» entre muchas otras.
El segundo día no pude evitar volver a recorrer algunas de las zonas del día anterior, y deleitarnos con la belleza singular de este núcleo urbano con tanto movimiento artístico. Subí hasta la plaza de Miguel Ángel y disfruté de unas vistas únicas. El Palazzo Vecchio, Plaza de la Señoría, Palacio Pitti, Basílica de Santa Cruz, y cómo no, la galería de la academia de Florencia, con el famoso David de Miguel Ángel. Simplemente IMPRESIONANTE.
Una de las cosas que no tenía previstas en este viaje, era conocer Venecia, pero como suelen decir, las cosas improvisadas son las que mejor salen… y así fue. Lo más imprevisto fue lo que más me acabó enamorando. El tercer día tenía la opción de seguir disfrutando de las calles de Florencia, incluso visitar algún museo más, pero para mí esa parte ya estaba cubierta con todo lo que había visto, necesitaba algo nuevo, y no me lo pensé. Gracias al servicio de trenes y sus horarios, la facilidad para moverte de una ciudad a otra es muy amplia, el billete me costó unos 40€ aproximadamente (ida y vuelta) y no me lo pensé, mi tercer día lo pasé en Venecia.
Recorrer todos sus canales, sus palacios renacentistas y góticos, y el contraste de estar en una ciudad sobre una laguna de mar, es precioso, no puedo definir con una sola palabra lo que se siente al pasear por aquí.
Llegó el tan temido final de este viaje, y para despedirme, después de tanta paliza, pasé el último día mucho más relajado en Pisa, conocida por su famosa Torre Inclinada. La Piazza de Miracoli concentra toda tu atención en esos 56 m de altura inclinada. La verdad que dejarlo para el último día fue lo mejor que pudimos hacer, se recorre fácilmente y en poco tiempo lo has visto todo, así que me vino perfecto para descansar.
Sin duda alguna ha sido uno de los mejores cumpleaños de mi vida. Un viaje especial, con momentos muy especiales que guardaré para siempre en mis recuerdos. Seguro que volveré. Os lo recomiendo!!