Nos encontramos en la recta final del concurso que más opiniones ha generado en la historia del Vip.
Tanto para bien como para mal, el éxito de esta edición es indiscutible. Por parte de la mayoría de la audiencia, se recordará por el más injusto de la historia de Gh y por la fuerza y poder de sus seguidores en redes sociales #SomosLaAudiencia.
Estamos acostumbrados con este tipo de programas, a que los resultados de las votaciones se cuestionen desde el primer momento. Nunca llueve a favor de todos… Pero las votaciones no han sido lo único que se ha puesto en duda en esta ocasión:
1. Este año ha destacado más que nunca el trato de desigualdad entre los concursantes. Muchos se han quejado y siguen señalando el «favoritismo» de esta edición hacia concursantes muy queridos por la cadena, colaboradores y presentadores. Muestra de ello está en los vídeos más desagradables que se han ocultado en galas, las continuas justificaciones en directo ante comportamientos que con otras presentadoras habrían sido motivo de expulsión disciplinaria, y la facilidad que se les han dado, como en el caso de Suso, para que familiares directos puedan intervenir en su «lavado de imagen» para que diera un giro a su comportamiento dentro del concurso.
2. Como en todo debate, los colaboradores tienen que defender posturas diferentes para que se pueda debatir y el nombre del programa tenga sentido. Lo que no se puede dejar pasar por alto son las actitudes que la audiencia ve las 24horas, y hacer como que no ha pasado nada. Gracias a las redes sociales, los seguidores se han nutrido de todo lo que ha pasado en la realidad, que en vez de mostrarse en los programas de cada semana, se ha retroalimentado en twitter, donde todos han podido opinar libremente, sin limitaciones ni prohibiciones de ningún tipo.
3. La televisión está claro que es entretenimiento, y necesita jugar con las emociones de la audiencia para provocar todo tipo de sentimientos, esto es lo que hace que nos enganchemos a programas de este tipo. Cuando todo el pescado está vendido, pocas soluciones hay, más que añadir comentarios como que: todo no está hecho, que todo puede cambiar, que aún queda programa, o que los seguidores de todos los expulsados se pueden unir y hacer ganador a Suso. La audiencia manda, y así lo está haciendo, con TT no oficiales para el programa, con encuestas en las que los resultados siempre son los mismos y con una opinión muy clara desde el principio del concurso y que a estas alturas ya no van a cambiar.
4. Al ser VIP, se han seguido unas normas totalmente distintas a las de GH de anónimos. Aquí sí daban información del exterior cuando interesaba. Encender la mecha para que en la casa haya una explosión ha sido muy fácil, pero no siempre con las mismas condiciones para todos. Los vídeos que se han mostrado a todos los concursantes en las galas, siempre han sido en negativo para Miriam y Koala, los grandes favoritos de la edición.
5. Los juegos de la inmunidad han llevado a concursantes de lo más odiados por el público directamente a la final. Si algo ha demostrado la audiencia de GH es que no perdonan. Perdonan cuando rectifican por ellos mismos, cuando el camino no ha sido fácil y aún así aprenden a levantarse, pero no perdonan cuando a pesar de las facilidades que se les ha puesto por parte del programa, reiteran sus malos comportamientos y lo peor de todo, arremeten duramente contra la audiencia. Aquí ni el programa, ni los colaboradores, ni los vídeos pueden hacer nada, la audiencia lleva tiempo juzgando, y Suso y Asraf tienen sus últimos puestos en la final asegurados, por lo que Miriam y Koala, no tienen nada que temer.