Si los Warren nos tenían acostumbrados a los exorcismos contra almas demoníacas, en esta ocasión una gran multitud de ellas, se manifestarán en compañía de una Annabelle que recobra más fuerza que nunca tras ser liberada de la vitrina bendecida en la que fue guardada como medida de seguridad por Ed y Lorraine Warren.
La hija de los Warren, su niñera y una amiga serán las grandes protagonistas de esta historia. Una trama muy diferente a la que esta saga nos tiene acostumbrados, donde apenas hay lugar para exorcismos, pero si hueco para sembrar el miedo y terror ante lo desconocido. La liberación de la muñeca podría suponer el fin a una década de tranquilidad para la familia, y un riesgo para todos los que se acerquen a ella. ¿Conseguirán hacer frente de nuevo a este alma demoníaca?
Como en muchas películas de este género, no puede faltar el humor en más de una ocasión, acorde con el momento, situación y carisma de cada personaje, conseguido en todo momento y sin quitar peso a las acciones más terroríficas en esta historia. La casa de los Warren se convierte en un pasaje del terror, sorprendentemente adictivo, al que te cuesta entrar, pero del que nunca quieres salir. Cada acción, cada susto y cada aparición está pensada puramente para el espectador que disfruta de este género, en el que el miedo no se centra en una sola figura, sino que se representa en varias formas para aportar más opciones inesperadas, en las que el factor sorpresa pilla totalmente desprevenido al espectador.
Y tú ¿te atreverías a entrar en la casa de los Warren?
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