La historia de Amy y Nick traspasan las páginas de este libro donde el amor parece ser la clave de todo, pero en el que la decepción recorrerá las acciones más importantes de sus personajes.
La manera en la que comienza la historia, es clave para conseguir mantener al lector pegado a cada palabra, cada página. En medida en que vas avanzando, notas un momento en el que entras en bucle, con separaciones entre las narraciones de Nick y las de Amy en mismos tiempos, pero partidas por la visión de estos personajes en vez de llevar una continuación lineal en el tiempo. Este tipo de estructura en los libros suelen ser mucho más complicadas y menos dinámicas para mantener el hilo conductor de la historia y el interés del lector.
La historia en sí resulta bastante original, y es que la pérdida de Amy en su quinto aniversario de bodas consigue crear una atmósfera de intriga en la que siempre sacarás conclusiones, pero pocas veces será la que definitivamente te de la razón con respecto a la verdad. La presión continua de la policía hará debatir el tipo de relación real que había entre los dos jóvenes, y pondrá en tela de juicio el amor que Nick sentía por su mujer, señalándolo como principal sospechoso de su desaparición. Comenzarán a aparecer pistas que parecen poner el camino más fácil en la investigación, aunque la tarea difícil será la de esclarecer la realidad de todos estos indicios que parecen indicar el camino correcto de la desaparición de Amy.
El análisis de los primeros días desaparecida es demasiado denso, y sorprende que en el final se concentren tantos días, en un resumen comprimido de cómo acaba esta historia. A pesar de ello, es una historia que sorprende por la visión psicológica que ofrece ante las reacciones inesperadas de la especie humana ante determinadas decepciones y momentos a los que nunca nos preparamos para hacer frente de la manera más correcta.
Perdida te atrapará en un camino lleno de intriga, suspense psicológica y drama.
Y tú, ¿ya sabes cuál es el final de Amy?