A veces cuando nos hacemos determinadas preguntas, a la hora de respondernos a nosotros mismos, intentamos hacerlo autoconvenciéndonos de lo que sería correcto hacer, pero a la hora de la verdad ¿Actuamos cómo pensamos que deberíamos hacerlo?
Con esta primera pregunta que he formulado en #instateractuando ¿Qué es peor, fracasar o no haberlo intentado nunca? he llegado a varias conclusiones con vuestras respuestas, que me hacen pensar que una cosa es la teoría y otra la práctica. A la hora de lanzar la pregunta, ya me imaginaba lo que la mayoría ibais a responder:
Destaco algunas de las mejores respuestas que me han argumentado, con las que coincido totalmente a la hora de plantearnos estas cuestiones en nuestra vida. El seguidor que me responde «A veces el miedo al fracaso es más fuerte. Y nos paraliza», me extiende su respuesta con la siguiente explicación.
La respuesta está clara. Siempre hay que intentarlo para saber si vamos a fracasar o no. Sin lanzarnos a experimentar lo que pueda pasar, nunca vamos a conocer los éxitos o fracasos, pero es verdad que a la hora de ejecutar determinadas decisiones en nuestras vidas, la rutina, comodidad en determinados aspectos, y principalmente el miedo a los cambios, nos hacen adoptar una cierta comodidad que a la larga nos lleva al fracaso sin apenas haber intentado hacer nada a cambio. Este seguidor indica exactamente esto mismo que he dicho:
Quizás es otra cuestión para reflexionar. Nuestro estado mental, a veces nos hace utilizar determinadas conductas que nos llevan al fracaso, por los miedos que siempre nos acarrean los riesgos que se asumen a la hora de enfrentarnos a los cambios. Ejecutar solo las acciones dentro de lo conocido y de lo que nos hace estar seguros es un error, porque entramos en una rutina que solo nos dará desmotivaciones, sensación de tristeza, soledad, incertidumbre e inseguridades.
Lo complicado no es responder a esta pregunta, porque tal y como hemos visto, todos la tenemos clara. Lo complicado es plantarle cara a nuestros miedos para ganar mayor autoconfianza, y enfrentarnos a ellos asumiendo que cierta ansiedad o preocupación puede llegar a ser positiva porque ello nos ayudará a aumentar nuestra flexibilidad mental a la hora de tomar determinadas decisiones que nos facilitará la construcción de nuestro futuro.
Gracias a tod@s los que habéis respondido por las diferentes RRSS 🙂 Os espero en la siguiente pregunta de #instateractuando !