Orientada en los años 70, «Malasaña 32» consigue resurgir usando elementos claves del género del terror clásico adaptado a nuestros tiempos.
Sin llegar a sorprender en la originalidad de las acciones que conllevan a producir el susto entre los espectadores, la película dirigida por Albert Pintó supera con creces lo que un amante del género espera encontrar en una película catalogada de «terror». Sin necesidad de exceder en lo visceral o en la violencia gráfica extrema, la historia te mantiene en tensión, miedo y angustia constante gracias a los efectos de realización técnica, iluminación, planos muy localizados y un exquisito efecto de sonido. Cada uno de estos elementos unidos a la ambientación de la época y a la incertidumbre por descubrir la veracidad de los hechos que se desarrollan en esta casa, son los que provocan el terror por lo desconocido.
Impecables actuaciones del reparto, destacando principalmente la figura de Concha Velasco, que encaja a la perfección con su papel en esta película. En conjunto, todos crean una atmósfera de miedo, que es contagiada directamente al espectador al que logran transmitir esa sensación de intranquilidad y nerviosismo ante la cantidad de acciones inesperadas que se producen desde el inicio de la película.
A la espera de la respuesta por parte de los espectadores, el director no descarta continuar con una secuela en la que se pueda ver la evolución de la historia años más tarde.
Jugando al despiste de los hechos reales en los que se ha inspirado, ha preferido optar por la invención de una casa que en la realidad no existe ni está situada ahí, además, no ha querido desvelar mucha información de los acontecimientos que de verdad ocurrieron con esta historia que llevada a los cines está consiguiendo aterrar a un público muy entregado y crítico con este tipo de películas.
Y tú, ¿has entrado ya en Malasaña 32?