La brújula del tiempo

Durante mucho tiempo creí haber llegado a mi destino, pero lejos de ello me doy cuenta de que la aguja me indica que aún sigo muy perdido.

He tardado mucho tiempo en darme cuenta aunque creo que siempre lo he sabido, pero ocurre lo mismo que cuando escuchamos opiniones de fuera, acabamos buscando un factor externo para que nos confirme lo evidente y en este material imaginario construido en mi mente soy incapaz de darme cuenta de que la aguja de mi brújula no indica aún el camino que debo seguir ni que haya llegado a mi destino. La variación espacio temporal me evade en la comodidad de mis pensamientos a querer asumir este trayecto oculto en la seguridad del momento, que me ralentiza lo que tarde o temprano podría dejarme sin aliento por no seguir los pasos que un día me marqué.

Dicen que no debemos sentirnos mal por no haber llegado a esos objetivos que un día nos propusimos, porque en aquel entonces éramos una persona con unos pensamientos y unos objetivos que difieren mucho de los que la persona de hoy en día se marca. La trayectoria puede que cambie debido a las circunstancias con las que nos vayamos cruzando, pero yo creo que los objetivos no cambian en el tiempo. Es como el libro que empiezas y dejas a medias porque no genera el interés inicial que esperabas, siempre te quedas con la incógnita de cómo habría terminado esa historia que un día empezaste pero que nunca terminaste. Empiezan a invadirte miles de preguntas que nunca tendrán respuesta porque no quisiste darle la oportunidad que quizás se merecía. La brújula del tiempo me indica que todo es efímero, igual que los sueños que en un abrir y cerrar de ojos se esfuman, algunos dejando un leve recuerdo y otros olvidados al despertar y ver la realidad entre las cuatro paredes de tu habitación.

Quizás la solución sea resetear esa brújula y empezar de cero a indagar nuevos espacios por los que aún no he sido capaz de pasar. El camino que he seguido hasta ahora ya me lo sé sin tener que seguir las indicaciones de la aguja imantada. Aunque el tiempo corre deprisa, nunca es tarde para indagar nuevos horizontes que nos hagan volver atrás en el tiempo para ver esos objetivos que un día nos propusimos, pero esta vez desde la barrera de «cumplidos».

-No dejes sin final el libro de tu vida que siempre soñaste-

Publicado por wolfsstyle

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