Tenía ganas de perderme entre las páginas de un libro que no necesitara una atención detallada en cada párrafo, en cada acción o elemento que surgiera en el transcurso de la historia, y que pudiera leer en el tiempo sin necesidad de hacer una lectura contínua. Este libro es perfecto para perder la noción del tiempo y embarcarte en un trayecto donde la reflexión ocupa todos tus pensamientos.

El libro de Paulo Coelho, narra una historia sencilla, sin adornos ni planteamientos rebuscados, centrándose en la vida de María, una joven brasileña que viaja a Río de Janeiro en busca de un sueño. En el trascurso de los acontecimientos, observamos una clara similitud con la realidad con la que muchas veces nos hemos visto enfrentados en nuestra vida cotidiana. ¿Cuántas veces hemos soñado con perseguir un objetivo, y en el trascurso de esa persecución nos hemos encontrado con experiencias que no estaban previstas en este viaje? Experiencias que se convierten en aprendizaje para complementar nuestras vidas; unificación entre lo racional y lo irracional, entre lo que nos dice nuestra cabeza y sentimos de corazón, entre el miedo y la valentía de arriesgarse, entre la pasión del amor y el vértigo del desamor.
Este libro es una muestra reflexiva de descubrimiento de las acciones humanas que nos acontecen en nuestro día a día, que influyen en nuestras decisiones y que nos cohíben a la hora de descubrir nuestro verdadero yo. La esencia de nuestra alma, en relación con el sexo y el amor. El sentido de la complementación que llega en forma de unificación entre todos los elementos claves y que a veces necesitan de vivencias (por muy desagradables que puedan parecer) para poder encontrarlo y darle sentido.
Coelho consigue crear esa atmósfera en la que te permite meterte de lleno en la piel del personaje. Sentirás todas sus vivencias, todos sus miedos, y te verás muy reflejado con todas las acciones que a veces tomamos dejándonos llevar por la intuición, sin saber si realmente es lo correcto o no, pero que finalmente desemboca en un elemento clave que no entiende de errores, llamado destino.
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